La conflictividad en el sistema educativo de Río Negro ha alcanzado un punto crítico esta semana, y la sociedad entera aguarda con expectativa la nueva instancia de negociación convocada para este lunes. El Ministerio de Trabajo provincial citó formalmente al gobierno de Alberto Weretilneck y a la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (UNTER) a una nueva audiencia paritaria, en un intento por destrabar un conflicto que ya provocó múltiples jornadas de paro, la última de 48 horas, con un altísimo acatamiento en todas las seccionales.
La raíz del conflicto es la misma que en otras provincias, pero con particularidades locales: el poder adquisitivo del salario docente se ha visto severamente erosionado por la inflación de los últimos meses. El gremio, tras un congreso provincial realizado en General Roca, rechazó de plano la última oferta del Ejecutivo, que consistía en un aumento de suma fija y un porcentaje menor ligado al básico. “La propuesta no solo es insuficiente, sino que achata la pirámide salarial y no resuelve el problema de fondo. Exigimos una oferta real, que se incorpore al básico y que contemple una cláusula de actualización automática”, declaró la secretaria general de UNTER en declaraciones a la prensa local.
Desde el gobierno provincial, la postura es de cautela y firmeza. El Ministro de Hacienda, en una conferencia de prensa, expuso los números de la provincia y argumentó que la recaudación no ha crecido al ritmo de la inflación y que las transferencias nacionales han mermado. “Entendemos perfectamente el reclamo docente, es legítimo. Pero nuestra responsabilidad es gobernar para todos los rionegrinos y mantener el equilibrio fiscal. No podemos prometer lo que no estamos seguros de poder pagar”, afirmó. El oficialismo sostiene que se ha hecho el máximo esfuerzo y apela a la vocación de diálogo del gremio para encontrar una salida que no implique paralizar nuevamente las escuelas.
La tensión se siente en cada comunidad. Padres y madres autoconvocados han expresado su preocupación por los días de clase perdidos, especialmente en un año que ya ha sido complejo. A través de comunicados, piden a ambas partes “la máxima responsabilidad y empatía” para que sus hijos puedan volver a las aulas. Mientras tanto, el gremio no descarta nuevas medidas de fuerza si la reunión del lunes no arroja una propuesta superadora. El resultado de esa mesa de negociación será crucial para determinar si la provincia se encamina hacia una solución o si, por el contrario, la segunda mitad del año escolar comenzará con un conflicto aún más profundo.