La empresa estatal INVAP, orgullo de la industria tecnológica argentina y con sede central en San Carlos de Bariloche, continúa consolidando su liderazgo en el desarrollo de tecnología satelital. Fuentes de la compañía confirmaron esta semana que se está avanzando a paso firme en las fases de diseño del SABIA-Mar 2, un nuevo satélite de observación de la Tierra que será clave para el estudio de los océanos y la prevención de desastres naturales y ambientales.
Este proyecto forma parte de la segunda generación del programa SABIA-Mar (Satélites de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar), una iniciativa de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) en la que INVAP actúa como contratista principal, responsable del diseño, la construcción y la integración del satélite. El SABIA-Mar 2 será el sucesor de su gemelo, el SABIA-Mar 1, cuyo lanzamiento está programado para el próximo año.
El nuevo satélite estará equipado con cámaras y sensores de última generación, diseñados específicamente para monitorear el color del mar. Este dato, que puede parecer abstracto, es de una importancia científica y económica fundamental. El análisis del color del océano permite a los científicos estimar la concentración de clorofila, un indicador directo de la presencia de fitoplancton, la base de la cadena alimentaria marina. Con esta información se pueden generar mapas de productividad oceánica para optimizar la actividad pesquera, identificando las zonas más ricas en nutrientes.
Además, el SABIA-Mar 2 tendrá una capacidad crucial para la gestión ambiental: podrá detectar y monitorear en tiempo real las floraciones de algas nocivas, conocidas como “mareas rojas”, que pueden ser tóxicas para la fauna marina y peligrosas para el consumo humano de mariscos. Su capacidad de observación también permitirá dar seguimiento a derrames de petróleo, evaluar la calidad del agua en zonas costeras y estudiar el impacto del cambio climático en las corrientes oceánicas y el retroceso de los glaciares.
El desarrollo de este satélite en Bariloche implica el trabajo de cientos de ingenieros, físicos y técnicos altamente calificados, y consolida el ecosistema de alta tecnología de la ciudad. “Cada satélite que construimos es un desafío que nos empuja a superar los límites del conocimiento. El SABIA-Mar 2 no solo es un prodigio de la ingeniería, es una herramienta soberana que le permitirá a Argentina cuidar sus recursos marinos y proteger a su población”, comentó un jefe de proyecto de INVAP. Con este nuevo hito, la empresa patagónica reafirma su rol estratégico en el desarrollo científico y tecnológico del país, demostrando que desde el sur del mundo se puede producir tecnología espacial de clase mundial.