Con una sala colmada y en un clima de profundo respeto, Ramón Dupuy llevó a cabo en Río Gallegos la capacitación sobre la Ley 27.709, conocida como “Ley Lucio”. Su visita a la capital santacruceña fue un nuevo hito en el incansable recorrido que realiza por todo el país para transformar el dolor por la muerte de su nieto en una herramienta de cambio y protección para todos los niños de Argentina.
Durante su disertación, Ramón Dupuy relató los eventos que condujeron a la tragedia. La afirmación, “A mi nieto Lucio lo mataron con siete denuncias falsas”, resonó en el auditorio. Explicó, una vez más, que esas denuncias infundadas fueron el arma utilizada por la progenitora para obtener la tenencia del niño, un paso que, según su visión, selló el destino fatal de Lucio.
Ante los presentes, entre los que se encontraban funcionarios públicos, docentes y miembros de las fuerzas de seguridad, Dupuy detalló la cadena de fallas y negligencias del sistema estatal. “Hubo una jueza que se lo entregó, pero después de eso Lucio pasó cinco veces por el hospital con fracturas y mordeduras. Fue visto por médicos, policías, maestras y funcionarios de la niñez, y nadie hizo nada. Todos se lavaron las manos”, sostuvo, describiendo un Estado que tuvo todas las alertas frente a sus ojos, pero que falló en proteger al más vulnerable.
Parte central de la jornada estuvo dedicada a explicar los alcances de la “Ley Lucio”. La normativa, sancionada en 2023, establece la capacitación obligatoria para todos los agentes de los tres poderes del Estado que tienen contacto con niños, niñas y adolescentes. El objetivo, explicó, es que quienes tienen la responsabilidad de cuidarlos cuenten con las herramientas para detectar a tiempo los indicios de maltrato y sepan cómo actuar para proteger a las víctimas.
La visita de Ramón Dupuy a Santa Cruz dejó una profunda huella. Su testimonio sirvió no solo para mantener viva la memoria de Lucio, sino para sacudir conciencias y reafirmar la urgencia de aplicar la ley en cada rincón del país, para que el nombre de su nieto sea, finalmente, un sinónimo de protección y justicia.